
27 May Coaching: El ritmo del fluir
Todo sueño que deseemos convertir en realidad necesita un tiempo adecuado para su materialización.
A veces la mente experimenta estados de euforia que pueden llevarnos a creer que nuestro sueño se va a materializar de forma rápida, a un ritmo muy elevado. Cuando nos damos cuenta de que nuestras expectativas no eran muy realistas, debemos ser capaces de seguir trabajando para encontrar el ritmo de materialización adecuado, ni demasiado rápido ni demasiado lento, sino el óptimo para que nos encontremos cómodos con la transición del estado presente al estado deseado, sin forzar excesivamente nuestra mente y que ello conlleve un agotamiento que nos pueda llevar al desánimo e incluso al abandono.
La clave para que podamos encontrar el ritmo justo de materialización es un buen discernimiento y ecuanimidad que nos permitan calibrar adecuadamente dónde nos encontramos, de qué recursos disponemos, y a dónde queremos llegar, cómo llegar allí y qué recursos vamos a necesitar para llegar allí. Si somos capaces de responder justa y honestamente a estas preguntas, el CUANDO es probable de que lleguemos allí será mas realista que si empezamos por fijarnos una fecha y luego respondemos a las preguntas previas. Para cubrir una casa lo lógico es empezar por los cimientos y levantar las paredes maestras, y no al revés.
A veces, nos podemos dejar llevar por la urgencia que supura nuestra sociedad de consumo, en la que parece que todo se puede conseguir de forma casi inmediata.
En el proceso de coaching, tan importante como el logro de los objetivos es el proceso mismo que nos conduce del estado presente al estado deseado, durante el cual podemos aprender mucho y profundizar en el conocimiento de nosotros mismos, pudiendo transformar aquellas creencias o hábitos que consideremos que obstaculizan el logro de los objetivos que nos hayamos marcado.
Todos deberíamos ser capaces de encontrar nuestro propio ritmo, que nos permita fluir y disfrutar del proceso de crecimiento y cambio constante que es la vida, sin forzar ni resistir, sino actuando de manera equilibrada en todas las situaciones en que nos podamos encontrar, sean estas aparentemente tensas o aparentemente placenteras, dejando atrás la vieja forma de actuar basada en la esperanza y el temor de que las expectativas de nuestro ego se cumplan o no, con el consiguiente malestar y desequilibrio emocional que ello puede conllevar.
No debemos tener la más mínima duda de que la Vida nos brinda muchas oportunidades para crecer y evolucionar, transformando nuestra mente y actuando en un proceso de aprendizaje constante si enfocamos las situaciones de forma constructiva.
A medida que vamos incrementando nuestro autoconocimiento, vamos descubriendo el o los personajes con los que la mente se identifica habitualmente, y esto nos permite romper este viejo y sutil hábito de la identificación de la mente con un ego, brindándonos una grado más elevado de libertad, ya que la mente no se ve arrastrada de manera inconsciente por los impulsos que provienen de esta forma improductiva e ineficiente de vivir la vida, bajo el yugo de la estrecha y limitada visión egoica.
Lo que yo llamo MENTE MAESTRA no es otra cosa que la mente fluyendo de manera natural, libre de la identificación egoica, siendo consciente de la existencia relativa de estos personajes y utilizándolos de forma constructiva.
La MENTE MAESTRA trasciende la dualidad sujeto/objeto y expresa de manera plena las cualidades inherentes de la mente despierta, ya que deja de estar obstruida por la identificación con un ego ilusorio.
La función principal del COACH de Poder Vital es acompañarnos durante un tramo de nuestra vida y facilitar que a través del proceso de coaching podamos ir descubriendo quienes somos en realidad y poder vivir vidas más plenas al ser capaces de ir materializando nuestros sueños.
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